30.3

Los miembros de la Iglesia del Nazareno que se encuentren involucrados en una situación de infelicidad conyugal deben buscar, en oración, un curso redentor de acción, en plena armonía con sus votos y con las claras enseñanzas de las Escrituras, con el propósito de salvar su hogar y salvaguardar el buen nombre de Cristo y de su iglesia. Las parejas que estén experimentando problemas matrimoniales serios deben buscar el consejo y la guía de su pastor y/o cualquier otro líder espiritual apropiado. El no cumplir con estos pasos de buena fe y con el deseo sincero de buscar una solución cristiana, y obtener subsecuentemente el divorcio y contraer nuevas nupcias, podría resultar en que uno o ambos cónyuges queden sujetos a la disciplina prescrita en los párrafos 504-504.2 y 605-605.12.