“La misión de la Iglesia del Nazareno es hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”
“El objetivo primordial de la Iglesia del Nazareno consiste en llevar adelante el Reino de Dios por medio de la preservación y propagación de la santidad cristiana como lo establecen las Escrituras”.
“Los objetivos críticos de la Iglesia del Nazareno son ‘la santa comunión cristiana, la conversión de los pecadores, la entera santificación de los creyentes, su edificación en la santidad y la simplicidad y poder espiritual manifestados en la iglesia primitiva del Nuevo Testamento, junto con la predicación del evangelio a toda criatura’” (19).
La Iglesia del Nazareno existe con el propósito de servir como instrumento para el avance del reino de Dios mediante la predicación y la enseñanza del evangelio en todo el mundo. Nuestra comisión bien definida consiste en preservar y propagar la santidad cristiana como la establecen las Escrituras, por medio de la conversión de los pecadores, la restauración de los apóstatas y la entera santificación de los creyentes.
Nuestro objetivo es espiritual, es decir, evangelizar como respuesta a la Gran Comisión de nuestro Señor de “id y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19; cf. Juan 20:21; Marcos 16:15). Creemos que esta meta puede alcanzarse mediante reglas y procedimientos de acuerdo común, incluyendo postulados de fe doctrinales, así como también normas morales y estilos de vida probados por el tiempo.
Esta edición 2013-2017 del Manual incluye una breve declaración histórica de la iglesia; su Constitución, la cual define nuestros Artículos de Fe, nuestra comprensión de la iglesia, el Pacto de Carácter Cristiano para la vida santa y los principios de organización y gobierno; el Pacto de Conducta Cristiana, el cual toca asuntos claves de la sociedad contemporánea; y las reglas de gobierno de la iglesia respecto a la organización de la iglesia local, distrital y general.
La Asamblea General es el cuerpo supremo que formula doctrinas y legislación de la Iglesia del Nazareno. Este Manual contiene las decisiones y los juicios de los delegados ministeriales y laicos a la Vigésimo Octava Asamblea General que se celebró en Indianapolis, Indiana, Estados Unidos, del 23 al 27 de junio de 2013, por lo cual tiene autoridad como guía para la acción. Debido a que es la declaración oficial de fe y práctica de la iglesia y es consistente con las enseñanzas de las Escrituras, esperamos que nuestra feligresía acepte lospostulados doctrinales, así como las guías y las ayudas para la vida santa que contiene. El no hacerlo, después de haber sido recibido públicamente como miembro de la Iglesia del Nazareno, daña el testimonio de la iglesia, viola su conciencia y disipa el compañerismo del pueblo llamado nazareno.
El gobierno de la Iglesia del Nazareno es distintivo. En cuanto a su forma, es representativo —ni puramente episcopal ni totalmente congregacional. Gracias a que tanto los laicos como los ministros tienen igual autoridad en las unidades deliberadoras y legislativas de la iglesia existe un equilibrio de poder deseable y efectivo. Consideramos éste no sólo como una oportunidad de participación y servicio en la iglesia, sino también como una obligación tanto para los laicos como para los ministros.
La dedicación y el propósito claro son importantes. Pero un pueblo inteligente e informado que se apega a prácticas y procedimientos de común acuerdo lleva adelante el reino de Dios más rápidamente y mejora su testimonio de Cristo. Por tanto, es importante que nuestros miembros se familiaricen bien con este Manual—la historia de la iglesia, las doctrinas y las prácticas éticas del ideal nazareno. El apego a las instrucciones contenidas en estas páginas producirá lealtad y fidelidad tanto a Dios como a la iglesia y aumentará la efectividad y la eficiencia de nuestros esfuerzos espirituales.
Con la Biblia como nuestra guía suprema, iluminada por el Espíritu Santo, y el Manual como nuestra declaración de fe, práctica y regla oficial y de común acuerdo, anticipamos el nuevo cuatrienio con gozo y fe inquebrantable en Jesucristo.
La Junta de Superintendentes Generales
J. K. Warrick
Eugénio R. Duarte
David A. Busic
Gustavo A. Crocker