30.2

Se instruye a los ministros de la Iglesia del Nazareno que traten con la seriedad debida los asuntos relacionados con la celebración de matrimonios. Deben tratar, en toda manera posible, de comunicar a sus congregaciones el carácter sagrado del matrimonio cristiano. Antes de realizar el casamiento, proveerán consejería en todos los casos en que sea posible, incluyendo orientación espiritual apropiada para quienes hayan pasado por la experiencia del divorcio. Solamente solemnizarán el matrimonio de personas que tengan las bases bíblicas para el mismo.
El matrimonio, según la Biblia, solo existe para una relación entre un hombre y una mujer. (30-30.1; 32; 514.10; 536.16)