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En el día y la hora señalados para celebrar el matrimonio, los contrayentes (después de haber cumplido con los requisitos de la ley civil y después de haber recibido el consejo y orientación apropiados del ministro) estarán de pie ante el ministro, el hombre a la derecha y la mujer a la izquierda, y el ministro dirá a la congregación:

AMADOS HERMANOS: Nos hemos reunido aquí en la presencia de Dios y de estos testigos para unir a este hombre y a esta mujer en santo matrimonio, estado honroso, instituido por Dios cuando el hombre era aún inocente, y que simboliza para nosotros la unión mística que existe entre Cristo y su iglesia. Cristo adornó y hermoseó este estado santo con su presencia y con el primer milagro que hizo en Caná de Galilea y San Pablo lo recomendó diciendo que es honroso en todos. Por tanto, no se debe contraer inconsideradamente, sino con reverencia, discreción y en el temor de Dios.
En este santo estado vienen a unirse estas dos personas.

Dirigiéndose a los contrayentes, el ministro les dirá:

_____ y _____, les requiero y encargo, estando ustedes en la presencia de Dios, que recuerden que el compromiso del matrimonio es un compromiso permanente. Dios estableció el matrimonio con el propósito de que sea de por vida y que sólo la muerte los separe.
Si guardan sin violar los votos que intercam-bian hoy y si procuran siempre conocer y hacer la voluntad de Dios, sus vidas serán bendecidas con la presencia de Él y su hogar estará en paz.

Después de la amonestación, el ministro le dirá al hombre:

(Nombre) _____, ¿quieres tomar a esta mujer por tu legítima esposa, para vivir con ella conforme a la ordenanza de Dios en el santo estado del matrimonio? ¿La amarás, la consolarás, la honrarás, la cuidarás en tiempo de enfermedad y de salud; y renunciando a todas las demás, te conservarás sólo para ella mientras los dos vivan?
Respuesta: “Sí”.

Después el ministro le dirá a la mujer:

(Nombre) _____, ¿Quieres tomar a este hombre por tu legítimo esposo, para vivir con él conforme a la ordenanza de Dios en el santo estado del matrimonio?
¿Le amarás, le honrarás, le cuidarás en tiempo de enfermedad y de salud; y renunciando a todos los demás, te conservarás sólo para él mientras los dos vivan?
Respuesta: “Sí”.

Luego el ministro preguntará:

¿Quién entrega a esta mujer para ser desposada con este hombre?
Respuesta (por el padre o quien entregue a la novia): “Yo”.

Viéndose cara a cara y tomándose de la mano derecha, el novio y la novia se dirán el uno al otro los siguientes votos. El hombre repetirá después del ministro:

Yo, _____, te tomo a ti, _____, para que seas mi legítima esposa; para vivir unidos desde este día en adelante, para bien o para mal, en riqueza y en pobreza, en enfermedad y en salud; para amarte y cuidarte, hasta que la muerte nos separe, de acuerdo con la santa ordenanza de Dios; y en prueba de ello te empeño mi fe.

La mujer repetirá después del ministro:

Yo, _____, te tomo a ti, _____, para que seas mi legítimo esposo; para vivir unidos desde este día en adelante, para bien o para mal, en riqueza y en pobreza, en enfermedad y en salud; para amarte y cuidarte, hasta que la muerte nos separe, de acuerdo con la santa ordenanza de Dios; y en prueba de ello te empeño mi fe.

Si se desea, se puede llevar a cabo la ceremonia del anillo en este punto. El ministro recibe el anillo de manos del padrino y, a su vez, se lo entrega al novio. Al poner éste el anillo en el dedo de la novia, repetirá después del ministro:

Te doy este anillo como prenda de mi amor y como voto de mi fidelidad constante.

Repítase esta ceremonia si la novia entrega anillo al novio.
Entonces la pareja se arrodillará y el ministro ofrecerá la siguiente oración, o bien la que él improvise:

Dios eterno, Creador y conservador del género humano, dador de toda gracia espiritual, autor de la vida eterna bendice a estos siervos tuyos, este hombre y esta mujer, a quienes en tu nombre bendecimos a fin de que, como Isaac y Rebeca que vivieron fielmente juntos, así estos cónyuges cumplan y guarden siempre los votos y promesas que se han hecho el uno al otro y que continúen en amor y en paz juntos, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Entonces el ministro dirá:

Por cuanto este hombre y esta mujer han consentido en su santo matrimonio y lo han testificado delante de Dios y de estos testigos y lo han manifestado por la unión de las manos, los declaro esposo y esposa en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. “Lo que Dios juntó no lo separe el hombre”. Amén.

El ministro añadirá su bendición:

Que Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo los bendiga, preserve y guarde; que el Dios misericordioso les conceda su favor y los llene de toda bendición espiritual y gracia. Y que vivan juntos en esta vida de tal manera que en el mundo venidero gocen de la vida eterna. Amén.

El ministro puede concluir con una oración y/o bendición improvisada. (30.2, 530.7, 531.2, 532.1, 536.16)