532.1

Reconocemos sólo una orden del ministerio de predicación: la de presbítero. Esta es una orden permanente en la iglesia. El presbítero debe gobernar bien la iglesia, predicar la Palabra, administrar los sacramentos del bautismo y de la Santa Cena, celebrar matrimonios, todo en el nombre de Jesucristo, la Cabeza de la iglesia, y sujeto a Él. (30–30.4, 32, 513–514.3, 514.9–514.10, 536.12)

531.2

El diácono debe llenar los requisitos de la orden en cuanto a educación, dar evidencia de dones y virtudes apropiados, y ser reconocido y confirmado por la iglesia. El diácono será investido de autoridad para administrar los sacramentos del bautismo y la Santa Cena y oficiar matrimonios en donde las leyes del Estado no lo prohíban, y, ocasionalmente para conducir la adoración y predicar. Se entiende que el Señor y la iglesia pueden usar los dones y habilidades de esta persona en diversos ministerios asociados. Como símbolo del ministerio de siervo del Cuerpo de Cristo, el diácono también puede usar sus dones en funciones fuera de la iglesia institucional (30.2, 514.9–514.10)

530.7

A los ministros licenciados se les investirá de autoridad para predicar la Palabra; y/o usar sus dones y virtudes en diversos ministerios asociados de servicio al Cuerpo de Cristo, siempre y cuando aprueben anualmente los estudios requeridos en un programa educacional validado y estén fungiendo como pastores o participen en un ministerio activo y asignado, reconocido por el distrito del que son miembros; también se les investirá de autoridad para administrar los sacramentos del bautismo y la Santa Cena en sus propias congregaciones y para celebrar matrimonios si no lo prohíbe la ley civil. (30.2, 510–511, 514, 514.4, 514.9, 522, 531–531.2, 532–532.2, 800, 802, 803)

514.9

Administrar el sacramento de la Santa Cena por lo menos una vez cada tres meses. Se anima a los pastores a que empiecen a celebrar más frecuentemente este medio de gracia. Si un ministro licenciado no ha cumplido cabalmente con lo prescrito en el párrafo 530.7 (véase también el 802) hará arreglos para que un ministro ordenado administre el sacramento. Se debe considerar ofrecer la Santa Cena a personadas confinadas, bajo la supervisión del pastor.

514.4

Administrar los sacramentos.

145.1

Planear, organizar, promover y llevar a cabo el ministerio de educación cristiana de la iglesia local. Éste deberá realizarse sujeto al cuidado directo del pastor, el liderazgo del superintendente de Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado y la dirección de la junta de la iglesia local, de acuerdo con los objetivos y normas denominacionales establecidos por la Junta General y promovidos por medio del comité de Ministerios de Escuela Dominical y Comité de la JNI y de las oficinas de ministerios entre los adultos, de la JNI y entre los niños. Estos incluyen tanto el currículo como el programa de los ministerios entre los adultos y niños. La escuela dominical, grupos pequeños, grupos de estudio bíblico junto con el ministerio de predicación, constituye el medio principal de estudio de las Escrituras y doctrinas para la iglesia local. Las guarderías/escuelas nazarenas (desde recién nacidos hasta secundaria), y ministerios y sesiones de capacitación anuales/especiales, tales como Caravanas, escuelas bíblicas vacacionales y ministerios entre solteros, proveen oportunidades para poner en práctica las doctrinas bíblicas e integrarlas en la vida de la congregación. (515.15)

812

Reglamento de la Escuela Dominical y Discipulado

Declaración de Misión

La misión de Ministerios Internacionales de Escuela Dominical y Discipulado (MIEDD) consiste en cumplir la Gran Comisión entre los niños, jóvenes y adultos a fin de prepararlos para una vida hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones.

Propósito

El propósito de MIEDD tiene cuatro fases:
A. Desarrollar intencionalmente relaciones con inconversos hasta que lleguen a ser discípulos semejantes a Cristo.
B. Enseñar la Palabra de Dios hasta que los niños, jóvenes y adultos sean salvos, santificados por completo y continuen madurando en su experiencia cristiana.
C. Ayudar a los cristianos a crecer espiritualmente, involucrándolos en el evangelismo, la educación cristiana y hacer discípulos.
D. Alentar a los niños, jóvenes y adultos a matricularse la escuela dominical (y/o grupos de discipulado) y a asistir fielmente.