28.6

La educación es de importancia capital para el bienestar social y espiritual de la sociedad. Las escuelas públicas tienen la responsabilidad de educar a todos. Sin embargo, están limitadas en su tarea; de hecho, en algunos casos la ley les prohíbe enseñar los principios básicos del cristianismo. Se espera que las organizaciones e instituciones educativas nazarenas como escuelas dominicales, escuelas (desde recién nacidos hasta secundaria), centros para el cuidado de niños, centros para el cuidado de adultos, universidades y seminarios, enseñen a niños, jóvenes y adultos los principios bíblicos y normas éticas en tal forma que nuestras doctrinas sean conocidas. Esta práctica puede tomar el lugar de las escuelas públicas o ser una adición a ellas, las que con frecuencia enseñan un humanismo secular, y no enseñan los principios de la vida santa. La educación en instituciones públicas debe complementarse con la enseñanza de santidad en el hogar. Además, los creyentes deben ser estimulados a trabajar en instituciones públicas y con ellas, a fin de dar testimonio a estas instituciones e influir sobre ellas en favor del reino de Dios.

(Mateo 5:13-14)