21.1

PRIMERO. Haciendo lo que se ordena en la Palabra de Dios, la cual es la regla de fe y práctica de la iglesia, incluyendo:
(1) Amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y al prójimo como a sí mismo (Éxodo 20:3–6; Levítico 19:17–18; Deuteronomio 5:7–10; 6:4–5; Marcos 12:28–31; Romanos 13:8–10).
(2) Llamar la atención de los inconversos a las deman-das del evangelio, invitarlos a la casa del Señor y procurar que reciban salvación (Mateo 28:19–20; Hechos 1:8; Romanos 1:14–16; 2 Corintios 5:18–20).
(3) Ser corteses con todas las personas (Efesios 4:32; Tito 3:2; 1 Pedro 2:17; 1 Juan 3:18).
(4) Ser de ayuda a los que también son hermanos en la fe, soportándose los unos a los otros en amor (Romanos 12:13; Gálatas 6:2, 10; Colosenses 3:12–14).
(5) Ayudar integralmente a las personas; dando de comer al hambriento, vistiendo al desnudo, visitando a los enfermos y presos, y ministrando a los necesitados, cuando se presente la oportunidad y se tenga la capacidad para hacerlo. (Mateo 25:35–36; 2 Corintios 9:8–10; Gálatas 2:10; Santiago 2:15–16; 1 Juan 3:17–18).
(6) Contribuir al sostenimiento del ministerio, la iglesia y su obra con diezmos y ofrendas (Malaquías 3:10; Lucas 6:38; 1 Corintios 9:14; 16:2; 2 Corintios 9:6–10; Filipenses 4:15–19).
(7) Asistir fielmente a todas las ordenanzas de Dios y los medios de gracia, incluyendo el culto público a Dios (Hebreos 10:25), la ministración de la Palabra (Hechos 2:42), el sacramento de la Santa Cena (1 Corintios 11:23–30), el escudriñar y meditar en las Escrituras (Hechos 17:11; 2 Timoteo 2:15; 3:14–16), las devociones familiares y privadas (Deu-teronomio 6:6–7; Mateo 6:6).

807

Ministro: Ya que la mano del Señor nos ha prosperado y nos ha capacitado por su gracia y la fuerza que nos ha dado a fin de completar este edificio para la gloria de su nombre, ahora estamos en la presencia de Dios para dedicarlo al servicio de su reino.
Para la gloria de Dios nuestro Padre, de quien desciende toda buena dádiva y todo don perfecto; para la honra de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador; y para la alabanza del Espíritu Santo, la fuente de luz, vida y poder —nuestro Santificador,
Congregación: Humildemente dedicamos este edificio, con gozo y gratitud.
Ministro: En memoria de todos los que han amado a esta iglesia y la han servido, afirmando la herencia de que ahora disfrutamos, y que ahora forman parte de la iglesia victoriosa,
Congregación: Con gratitud dedicamos este edificio (templo, escuela, salón social, etc.).
Ministro: Para adorar a Dios con oración y cantos, para predicar la Palabra, para enseñar las Escrituras y para la comunión de los santos,
Congregación: Solemnemente dedicamos esta casa de Dios.
Ministro: Para el consuelo de los que lloran, para fortalecer a los débiles, para ayudar a los que son tentados, y para dar esperanza y valor a todos los que entren en este recinto,
Congregación: Dedicamos este lugar de comunión y oración.
Ministro: Para compartir las buenas nuevas de salvación del pecado, para difundir la santidad bíblica; para instruir en justicia y para servir a nuestros semejantes,
Congregación: Reverentemente dedicamos este edificio.
Todos al unísono: Nosotros, como colaboradores juntamente con Dios, unimos nuestras manos y corazones, y dedicamos de nuevo nuestras vidas a los propósitos sublimes y santos para los que ha sido dedicado este edificio. Prometemos nuestra devoción leal, nuestra mayordomía fiel y nuestro servicio diligente con el fin de que en este lugar sea glorificado el nombre de nuestro Señor y avance su reino. En el nombre de Jesucristo Señor nuestro. Amén.

604

Si un miembro laico es acusado de conducta inmoral, las acusaciones deberán presentarse por escrito y ser firmadas, por lo menos, por dos miembros que hayan asistido a la iglesia fielmente, por lo menos durante seis meses. El pastor designará un comité de investigación compuesto de tres miembros de la iglesia local, sujeto a la aprobación del superintendente de distrito. El comité presentará un informe escrito de su investigación. Dicho informe deberá ser firmado por una mayoría y presentado a la junta de la iglesia.
Después de la investigación y de acuerdo con los resultados de la misma, dos miembros que estén en buenas relaciones con la iglesia local pueden firmar las acusaciones y presentarlas a la junta de la iglesia. Entonces la junta de la iglesia designará, sujeta a la aprobación del superintendente de distrito, una Junta Local de Disciplina formada por cinco miembros que no tengan prejuicios en cuanto al caso, que puedan oír y decidir de manera justa e imparcial. Si en opinión del superintendente de distrito no es práctico seleccionar a cinco miembros de la iglesia local debido a su tamaño, a la naturaleza de las acusaciones o a la posición de influencia del acusado, el superintendente de distrito podrá, después de consultar con el pastor, nombrar a cinco laicos de otras iglesias del mismo distrito para conformar la Junta de Disciplina. Dicha junta llevará a cabo una audiencia tan pronto como sea factible y determinará los asuntos implicados. Después de oír el testimonio de los testigos y de considerar las evidencias presentadas, la Junta de Disciplina podrá absolver al acusado o administrar la disciplina apropiada de acuerdo a los hechos. La decisión debe ser unánime. La disciplina puede administrarse en forma de reprimenda, suspensión o expulsión de la membresía de la iglesia local. (515.8)

400

La Iglesia del Nazareno desde su inicio ha dado alta prioridad a la educación superior. La iglesia provee a la universidad estudiantes, personal administrativo y docente, así como liderazgo, apoyo financiero y espiritual. La universidad educa a los jóvenes de la iglesia y a muchos de sus adultos, los guía hacia la madurez espiritual, enriquece a la iglesia, y envía al mundo a siervos de Cristo pensantes y amorosos. Aún cuando la universidad de la iglesia no es una congregación local, es parte integral de la iglesia; es una expresión de ella.
La Iglesia del Nazareno cree en el valor y la dignidad de la vida humana y la necesidad de proveer un ambiente en el que las personas puedan ser redimidas y enriquecidas espiritual, intelectual y físicamente, “santificado, útil al Señor y dispuesto para toda buena obra” (2 Timoteo 2:21). La tarea primaria y las expresiones tradicionales de actividad de la iglesia local (evangelismo, educación religiosa, ministerios de compasión y servicios de adoración) dan ejemplo del amor de la iglesia hacia Dios y su interés por el ser humano.
A nivel de la iglesia local, la educación cristiana de jóvenes y adultos en diversas etapas del desarrollo humano intensifica la eficacia del evangelio. Las congregaciones pueden incorporar dentro de sus objetivos y funcionamiento programas de guardería/escuela en alguno o en todos los niveles, desde recién nacidos hasta secundaria. A nivel de la iglesia general se seguirá manteniendo la práctica de proveer instituciones de educación superior o de preparación ministerial. Dondequiera que operen tales instituciones funcionarán dentro del marco filosófico y teológico de la Iglesia del Nazareno como lo establece la asamblea general y como se expresa por medio del
Manual.

331

The Church of the Nazarene, Inc., es una corporación sin fines de lucro legalmente registrada de acuerdo con las leyes del estado de Missouri, en Kansas City, Missouri, E.U.A. La Junta General estará compuesta por miembros que hayan sido electos por cédula por la Asamblea General de entre las personas nominadas de acuerdo con lo provisto en los párrafos 332.1–333.4. Para ser elegido como miembro de la Junta General en representación de una región es necesario ser residente en esa región y miembro de una iglesia local dentro de la misma región. (305.6, 334)

317.1

Proveer supervisión, dirección y motivación a la Iglesia general, dando la atención apropiada al liderazgo y teología para todos los distritos, agencias y ministerios de la Iglesia del Nazareno global.

306

El rol de los Superintendentes Generales es proveer visión espiritual y un liderazgo apostólico a través de:
• Articular la misión
• Compartir la visión
• Ordenar miembros al cuerpo ministerial
• Promover la coherencia teológica, y
• Proveer y supervisar la administración general para la iglesia global.